Hemos tomado acción ante la inminente crisis que atraviesa nuestra amada Universidad de San Carlos de Guatemala. La nueva escalada que ha tomado la privatización de las instituciones y espacios públicos, además del desgaste de cualquier institución que en el pasado haya sido bastión de la crítica a los regímenes represores, ha hecho sonar las alarmas de alerta en parte de la comunidad universitaria sancarlista.
Como sector estudiantil, hemos sido críticos de la apatía de las masas que, si bien aún no han sentido el golpe directo de las medidas privatizadoras y represivas, debería poseer la capacidad de prever la desgracia que se le avecina, en virtud de su nivel académico y, capacidad crítica que se le atribuye a éste. Al menos, ese es, en resumen, la primera idea que emana de los grupos y sectores estudiantiles que se sienten frustrados al toparse con la apatía de amplios sectores, tanto estudiantiles como de profesionales, docentes y trabajadores. Esta es en esencia la crítica que hacemos a la burbuja individualista desde donde la gran mayoría de personas, percibe la “realidad”. La realidad trasgredida, transformada y tergiversada por una burbuja que acomoda a capricho la realidad objetiva, es decir, que la convierte en subjetiva.
Pero hemos caído en un error garrafal: Criticar la burbuja ajena, desde la burbuja propia. Seamos honestos, nos encanta posicionarnos como los críticos férreos del trabajo ajeno, del cual, si no ha sido errado o malintencionado, no representa el accionar que, a nuestro entender, debería hacerse por la naturaleza de la batalla que hoy tenemos a la puerta. Pero en pensamientos, papel y discurso, todos somos los revolucionarios más abnegados; tanto que los hechos los dejamos para los sueños, para los cuentos y para las tertulias con los amigos, es decir que jamás se materializan.
Si estamos esperando gratificaciones por los pensamientos y las palabras, hay que recordar que han sido muchos los hechos que se han tenido. El papel que hoy nos corresponde ya no es el apático inconsciente, el cual todos señalamos con frustración; Tampoco es el crítico de los moderados y los revolucionarios de la oficina, a los que se detestamos por su incapacidad de concretar una lucha acorde a la situación histórica que vive. Hoy nos corresponde pasar el pensamiento y la palabra, a la acción pura y llana. La acción, los hechos, la materialización de la crítica objetiva en la lucha palpable y manifiesta, la consolidación de la fuerza estudiantil; Ese es nuestro papel hoy.
Tu responsabilidad como individuo consciente, como estudiante universitario sancarlista, no es para con el Colectivo, ni para con cualquier otro grupo u organización, ni siquiera para con tu pueblo; es para con la humanidad, es para con la justicia, es para con algo más que supera nuestra existencia individual. No es juego ni palabrerío burdo, esa es la realidad de la lucha que hoy tenemos que hacer, pues no es por un simple espacio, un lugar, o un interés temporal; Es para garantizar la humanidad.
La invitación y exigencia es clara: es hora de materializar la crítica en acción y, dejar de ampararnos en los desaciertos para que nos acomoden en nuestra burbuja de visiones a capricho.
¡NO PRIVATIZARÁN LA USAC!
¡LA USAC NO MIRA PRIVILEGIOS, LOS ELIMINA!